Actualmente al descongelar óvulos fecundados las tasas de sobrevida fluctúan entre un 60 y un 100%, con una tasa de embarazo ligeramente 5 a 10% superior a la obtenida con transferencia de embriones frescos.
La criopreservación de pre-embriones, ofrece una solución de emergencia para aquellos casos en que el número obtenido excede el uno o los dos a ser transferidos, disminuyendo así el riesgo de multigestación severa y permite tener embriones para una próxima utilización y evitar así someterse a otro ciclo de fertilización in vitro con el consecuente ahorro económico.
La criopreservación también es buena alternativa como preservación de la fertilidad en el caso de parejas estables a futuro que quieran posponer la maternidad o en caso de enfermedad de alguno de los cónyuges como cuando van a recibir quimioterapia.
Los diversos tratamientos existentes actualmente dependen fundamentalmente del diagnóstico que tenga la pareja, de esta manera, sí la mujer presenta una disfunción hormonal, deberá someterse a una corrección del eje hormonal, por ejemplo, con inductores de la ovulación, que le permitan ovular normalmente o con suplementación de progesterona para cuando presenta problemas de la fase lútea. En otros casos se deberá inducir la maduración folicular para la expulsión del óvulo.
Además, las pacientes pueden presentar problemas de hipotiroidismo o hipertiroidismo que redundan en una falta de ovulación y por lo tanto tiene que recibir medicinas tiroideas. En la hiperprolactinemia que induce galactorrea (Secreción de leche en los senos) deberá ser controlada con antiprolactinémicos, para asegurar a la paciente un eje hormonal óptimo que le permita ovular y concebir.
Otros casos son las infecciones que atacan a la pareja como la clamidia, el gonococo, el ureaplasma urealíticum que son microorganismo que pueden causar infertilidad y que deben ser erradicados con la utilización de diferentes tipos de antibióticos.
El factor masculino puede ser corregido en determinados casos, como cuando presentan una insuficiencia hormonal, así el hipogonadismo hipogonadotrófico, se resuelve con la administración de gonadotrofinas que estimulan la espermatogénesis. En los casos de infecciones del tracto genitourinario se administrará diferentes antibióticos, de acuerdo con el cultivo bacteriológico. También hay diferentes terapias con moléculas antioxidantes que en algunos casos mejorarán la calidad de los espermatozoides, sobre todo en lo referente a su morfología.
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